‘No dejen de tomar Tecates’. Ese fue el consejo que uno de los directivos de Tesla dio al gobernador de Nuevo León, Samuel García, en una de sus visitas a Austin, Texas. El directivo hizo esta broma en referencia al aluminio que una planta de Nuevo León le suministra al gigante de autos eléctricos para la fabricación de sus unidades, sin embargo, el comentario se convirtió en el inicio de un plan de negocio que el gobernador de Movimiento Ciudadano desarrolló para convencer al hombre más rico del planeta, Elon Musk, para instalarse en la entidad.
Nuevo León, un Estado que ya alberga plantas cementeras, siderúrgicas y otras industrias, podrá presumir a partir de ahora de ser también la sede de la primera gigaplanta de Tesla en México. Una factoría de tres pisos y más de 1.600 hectáreas de extensión con un potencial para generar hasta 7.000 empleos directos. Tras más de un año de perseguir esta inversión y pese al jaleo político que surgió entre medias y en el que se involucró hasta el propio presidente López Obrador, García se dice satisfecho con el resultado y afirma que nunca dudó en ser el lugar idóneo para albergar este nuevo centro de producción.
La confirmación de la ansiada inversión a la frontera norte tiene como epílogo una fotografía del gobernador junto con el multimillonario tomada este miércoles durante el Investor Day de la empresa. A horas de haber regresado de Texas y con un café servido en una taza de Tesla, el mandatario habla en su despacho sobre lo que vendrá para el Estado después de que se oficializara que los vehículos de última generación de Musk tendrán el sello: ‘hecho en Nuevo León’.
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