El presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que ya se realiza un análisis para determinar los alcances de una reforma en materia de pensiones para revertir los efectos nocivos que tuvo entre los trabajadores los cambios que introdujo el gobierno de Ernesto Zedillo. Aseveró que por el tiempo transcurrido desde que se introdujeron estas modificaciones, el efecto entre los trabajadores se resentirá el próximo sexenio.
Durante su conferencia, dijo que no es aceptable que un trabajador cuando se jubila no reciba ni lo que percibía en activo y si bien le va recibirá la mitad de lo que era su salario. Señaló que en un principio se logró una reforma en materia de pensiones para que la iniciativa privada incrementara sus aportaciones pero no es suficiente.
López Obrador dijo que se va a hacer un análisis, una corrida para ver cuánto necesitamos y que el gobierno ayude para que no sea una carga directa y un solo golpe, tiene que entrar el gobierno para que sea gradual y después el sector empresarial, de entrada el gobierno no participa, solamente en el caso del ISSSTE.
En este contexto, reivindicó la política fiscal que permitió ampliar la recaudación de 3 billones de pesos a 4.5 billones de pesos en cinco años, a partir de reducir mecanismos como la consolidación fiscal, que fue una concesión a los empresarios que les permitía fórmulas para la evasión total de sus impuestos.
López Obrador señaló que mediante la eliminación de privilegios se puede ampliar el potencial del presupuesto para canalizarlo a apoyos sociales que, por su parte, dinamizan la economía porque alientan el mercado. Contrario a lo que en estos momentos ocurre en Argentina donde el nuevo gobierno actúa bajo la lógica de convertir la deuda de las grandes empresas en deuda pública con la “vacilada” de que como se apoya arriba, estos jalarán a los medianos y estos, a su vez a la gente de los estratos más bajos.
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